sábado, 26 de diciembre de 2015

LA ROSA. REINA DE LAS FLORES.

Sus orígenes se remontan a más de 4000 años, en Oriente Medio, en las tierras fértiles del valle ubicado entre los ríos Eufrates y el Tigris. Según la tradición, allí estaba ubicado el Paraíso del Antiguo testamento. En los templos de Ur, en Irak, se descubrieron unas planchas de arcilla que hacían referencia al uso que hacía el sultán de Bagdad del aguda de rosas, de la que utilizaba más de 30.000 ánforas anuales para perfumar sus habitaciones y su exclusivo y numeroso harén.

Aunque los griegos ya eran conocedores y amantes de ésta flor, llegando a dedicársela a la diosa Afrodita por ser la representación de los dones de divinidad, amor y belleza, no fue hasta la Edad Media cuando Europa, tras las Segundas Cruzadas, vivió el máximo explendor en su expansión hasta los días de hoy, convirtiéndose en la reina de las flores.

Los Cruzados fueron los defensores de Jerusalén del ejército de Saladino, (General del ejército Salah-al-Din). Tras la caída de la Ciudad Sagrada, al regreso a Europa, trajeron esquejes que ésta planta que habían hallado en los jardines de los monasterios orientales y que eran cultivados por los monjes por sus cualidades medicinales. El propio general sarraceno, Saladino, también se convirtió en amante de ésta flor, enviando caravanas formadas por cientos de camellos con la carga del agua de rosas, que era utilizada para purificar y limpiar las mezquitas que fueron ocupadas por los cristianos.

Durante más de 30 años, se produjo en Inglaterra la Guerra de las Rosas, denominada así porque ésta flor fué el emblema de las influyentes y poderosas casas enfrentadas. La de Lancaster (rosa roja) y la victoriana de York (rosa blanca).

Hasta el siglo XIX se le atribuyeron a los pétalos secos de las rosas propiedades medicinales. Incluso Napoleón entregada bolsas con pétalos de rosas a sus oficiales para, en caso de resultar heridos en la guerra, disolver los pétalos en vino blanco para curar las infecciones que se pudieran producir.

Sin lugar a dudas, el aroma de las rosas representa una excelente opción para perfumar tu hogar. Su aroma ha sido muy preciado a lo largo de los siglos. Un ambientador con su fragancia hará de tu hogar un lugar agradable y de bienestar. En Centhylon encontrarás más de 95 fragancias donde podrás encontrar los ambientadores más adecuados para cada ocasión.



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